¿Cómo me siento?
Según Mary Poppins, cuando uno no sabe exactamente como se siente o como
expresarse, tiene que recurrir a la palabra Supercalifragilisticoespialidoso.
Bueno…así me siento yo. Supercalifragilisticoespialidosamente.
Triste, porque ya me di por vencida. Todo lo que pude hacer para que él me quiera o
me ame un 5 por ciento como lo hace con ella, lo hice. Y aún así, sé que si
hubiera logrado que me quiera o me ame, no lo hubiera hecho de la misma manera
en que la ama a ella.
¿Les cuento un
poco sobre él? Por ahora vamos a llamarlo Terrabusi.
¿Por qué Terrabusi? Porque es
como las galletitas. El paquete te muestra que vienen de todo tipos y sabores,
pero cuando abrís el interior te encontras con que te vinieron las más feas y
las que no le gustan a nadie, y las pocas que venían ricas están partidas o
duras. Muchos dirán que una persona no
puede enamorarse de alguien que no conoce o de alguien que vive muy lejos y
nunca jamás vio en su vida. Ok, lo acepto. Pero después son las mismas personas
que dicen saber absolutamente todo sobre Justin
Bieber o el cantante de turno. Juran amor por ellos, pero la realidad es
que el tipo no tiene ni la menor idea de quien sos , de cómo te llamas, de
donde vivís, si te gusta la leche chocolatada o el té, si dormís siete o diez
horas, si tu color preferido es el verde o el naranja, si te gusta el azúcar o el edulcorante, o la
pelotudes que sea. Parece como que lo tengo bien en claro no? Como lo dijo mi
bella Miley, It’s not that easy. Porque una vez que te endulzan con palabras de
afecto, que te hacen creer que sos lo más importante en el mundo, que gracias a
vos aprobaron una puta materia para entrar a la facultad, que sos más
importante que su novia (¿Hace falta que mencione que cosa está mal en esa
oración?), que se muere por estar con vos, que entregaría lo más importante que
tiene solo a vos porque sos la indicada… Todo se vuelve difícil. Más en una
persona como yo, que me enamoro de nada.
Y ahí está mi problema. Enamorarme de nada. Porque sé que soy una
persona que necesita de afecto. Me encanta demostrar lo que siento con las
personas que me importa, y también adoro que me demuestren afecto a mí. Que me
digan que me quieren, que me abracen, que se preocupen por mí, que sepan cuando
cumplo años, que me mimen, que me sonrían, que me manden mensajes con un simple
“Hola Meli, como estas?”. Lo necesito. Siempre lo necesite y lo voy a necesitar
hasta el día en que me muera. Y eso hizo
Terrabusi, me mostró mucho afecto y
de un día para otro, lo retiró todo como con un imán. Como si se hubiera
colocado enfrente de mí con un imán y atrajo todo el cariño que había puesto
delicadamente en mí como si fueran piezas de metal. Soy buena para adaptarme a los cambios. Puedo
mudarme tres veces en un año, que me encanta. Puedo cambiarme de colegio,
porque me gusta conocer gente. Puedo empezar actividades nuevas con el mismo
propósito. Pero a lo único que no puedo adaptarme, es a los cambios
sentimentales. Puedo pelearme fácilmente con alguien pero a los diez minutos
extrañarlo horrores. Y esa es otra de las cosas que me juega en contra, porque
por mis sentimientos hacia esa persona termino pidiendo perdón por cosas que no
hice o dejando mi orgullo guardado en un cajón, como si no existiera, y me
termino rindiendo y hablando con esa persona. Es algo que no va conmigo.
Adaptarme a cambios sentimentales no va conmigo. (Se sobreentiende que eso de
“cambios sentimentales” lo inventé yo, porque tal cosa no existe)
¿Qué es lo que me
enamoró de Terrabusi? Su forma de ver
el mundo. Él me hizo cambiar un montón mi manera de ver las cosas y de querer a
las personas. Me hizo ver diferente a personas que yo marginaba por su estado
social o por su elección musical. Me hizo reflexionar muchísimo sobre mis
sentimientos. Me encantaba su manera de decir las cosas. Las decía directamente
y sin tapujos. Sin miedo a lo que yo podía llegar a decir o a cómo iba a reaccionar,
y creo que eso también me hizo cambiar mi manera de aprender a aceptar las
opiniones de mis amigos. Adoraba, y sigo adorando, la manera dulce que tiene de
dirigirse a las personas que ama (ahora eso no se si se aplicaba como cuando me
hablaba a mí, pero bueno…) Amo y creo que nunca voy a dejar de amar, la sonrisa
perfecta que tiene. Me hace sonreír a mí también cuando veo sus fotos. Es
divina. Sin dudas, es una sonrisa que yo amaría tener conmigo por el resto de
mi vida. Su voz, su voz, su voz. Me encantaba su voz. Me encantaba escucharlo
cantar (aunque cantaba pésimamente, si llegas a leer esto algún día, perdón,
pero es así jajajajaja). Me encantaba verlo sonreír, escuchar su risa (todo
esto vía Skype obvio. Vivimos a casi mil kilómetros de distancia. NICE). Me
encantaba que me diga “linda, hermosa, cosita, bebé, caramelito, bombón,
morocha, cielo, sol, luna, amor, bonita” y mucho más si eso iba acompañado con
un “MI” adelante. Ahora esas palabras no son más que eso. Palabras. Palabras
sin sentido. Palabras que ahora me parecen totalmente repugnantes (si, así de
exagerada) y creo que solo a dos personas les permito decirme “bebé” o
“cosita”, pero solamente porque son mis mejores amigos, y por un tiempo no
quiero escuchar esas palabras de la boca de nadie más.
También tendría
que hablar de ELLA. Pero prefiero limitarme a decir que es una buena mina y se
merece todo el amor que él puede darle. No le guardo rencor ni odio, porque no
soy así, y tampoco se lo merece. No merece el odio de nadie, no hizo nada como
para recibirlo. Por ahí sí. Lo hizo sufrir, y creo que cualquier persona que lo
haya hecho sufrir merece ser tirada debajo de un tren, pero en este momento no
estoy en plan asesina. Ojalá sea muy feliz con él. Y creo que en este momento, como dijo una
inteligente y totalmente grosa escritora, como lo es Cielo Latini: Terrabusi, sos parte de mí, y sin embargo ya no te quiero.
Quiero decir unas
cositas antes de terminar esto. Quiero pedir perdón por mi comportamiento y mi
cambio de actitud a algunas personas, porque intentaron ayudarme a no meter ni
si quiera la punta del pie dentro del barro y al final sin hacerles caso, quedé
enterrada hasta la cabeza. Perdón por
las cosas que dije e hice. Perdón por no valorarlos como se lo merecían y
merecen. Perdón por no escucharlos. Perdón si les dije cosas que los
lastimaron, les juro desde lo más profundo de mi corazón (meli cursi) que no
era mi intención lastimar a las personas más importantes que tengo como
amigos. Esto es para que me entiendan
mejor y espero que lo hagan. Perdón por todo, sepan que los amo montones y
siempre van a ser parte de mi vida. Eugenio
Aimi, Lucía MInutella, Antonela Garretto, Nicolás Santos, Micaela Moneo, Laura
Tarelli y Agustín Giménez.
También quiero agradecerles a las
mismas y otras personas por el simple hecho de haber estado conmigo en este
tiempo y tratar de no dejarme caer. Me apoyaron aunque sea con unas palabritas.
Y con el simple hecho de preocuparse, escucharme y haberlo puteado un poco, me
basta. Eugenio Aimi, siempre vas a ser
mi hermano, sabelo. Todas tus palabras las tengo presentes y espero nunca me
faltes, sos muy importante y más para hacerme poner los pies sobre la tierra. Lucía Minutella, vos me decís grosa a mí
y la verdad que la grosa sos vos. Muchas personas dicen que la gente madura con
la edad, pero sos menor que yo y de tu boca salen palabras totalmente adultas y
que son de muchísima ayuda para mí. Nicolás
Santos, no sé cómo no te cansas de escucharme. Pero creo que eso me gusta
de vos y por eso sos mi mejor amigo. Las palabras justas para los momentos
justos. Siempre estás cuando te necesito, no te borras y eso a la larga, te va
a servir muchísimo en la vida. Sos una persona totalmente sincera y
decidida. Sinceramente, no sé qué haría
sin vos. Micaela Moneo, nunca dejes
de ser esa persona tan especial y tampoco dejes de usar tus dichos, porque
ayudan mucho, aun que parezca tonto, a mi me ayudan. Laura Tarelli, somos dos buenudas. Tratemos de cambiarlo, yo sé que
podemos, dos pequeñas mentirosas pueden hacer lo que se propongan. Sos lo
mejor. Facundo Viale, tenes algo que
me hace cambiar de humor en dos segundos. Me pones feliz. Me haces reír. Sos el
mejor amigo de la tierra. Gracias eternamente. Tu felicidad es la mía y te lo
dije miles de veces. Me encanta verte feliz. Santiago Alvarez, tus mensajes me llega en el momento exacto que
los necesito. Ya sean para hacerme sentir mejor o para reírme. No sé que tenes,
pero es como si supieras cuando necesito de vos. Sos mucho amigo. Federica Conde & Fiama Villaverde, son
las cositas más tiernas de la vida, no saben lo agradecida que estoy de
tenerlas bellas. Magdalena Bossa &
Abril Agulla, por un tiempo fueron las que más al tanto estaban de todo
esto, gracias lindas, siempre se los voy a agradecer. Agustín Giménez, perdoname por hacerte enojar, espero que con esto
me entiendas mejor. Sofia Ramos, no tengo más palabras que decirte que te amo mejor amiga. Sos mi pilar. El
shing de mi shang (ah no era cursi). Gracias por absolutamente todo. Mayra Martel, no me va a alcanzar la
vida para agradecerte a vos. La mejor de las mejores amigas. Te preocupas, me
hablas, me retas, me pegas, me haces reír. Mi compañera de cine, mi compañera
Little liar, mi compañera Jonatica. Sos todo Black Swan. Muchísimas gracias también a Josefina Ramos, que se encarga de
cagarme a pedos cuando me mando cagadas o de hacerme pensar cuando no tengo en
claro que es lo que siento. Y finalmente gracias a Terrabusi. Porque con él pude conocer el costado tierno, dulce y
lindo de los hombres, con respecto al noviazgo. Que después me haya demostrado
otra cosa, es diferente. Aprecio lo lindo que me trató, lo que me cuidó y
guardo las lindas cosas que, en cierta forma, pasé con él. Gracias Terrabusi.
Meli Rosado.
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