martes, 5 de febrero de 2013

Unsaid things.


Me pongo a pensar y nunca te dije “te amo”. Nunca te di los suficientes abrazos que te merecías. Nunca te dije que eras el mejor abuelo del mundo. Nunca te di las gracias por lo que hacías por mí. Por las veces que me dabas plata sin que te pida nada. Nunca te pedí perdón por enojarme tanto con vos, por gritarte, por ignorarte, por no contestarte. 
Te extraño. Extraño verte regando el césped de la casa. Extraño verte jugando con Serafina. Extraño verte hablando con la Pepa. Extraño ir a la cocina y verte sentado con tu vino mirando Tom y Jerry o algún documental en NatGeo. Extraño tus “Hola Negra” cuando llegabas del trabajo. Extraño verte paradito en la cocina. Extraño los Domingos que hacías asado y escuchábamos tu música (todavía sigo poniendo tus cds y me sé la mayoría de las canciones, felicítame). Extraño escucharte reír. Extraño tu risa. Extraño tu voz. Extraño que vengas y me des esos abrazos sin razón y que no me soltabas más. Extraño escucharte pelear con la abuela por cosas tontas. Extraño que le digas “Mami” y ella te diga “Hijo”. Extraño que llegues de comprar y ver que compraste comida como para dos años. Extraño que en Navidad hayan ochocientos budines porque a vos te gustaban. Te extraño en Navidad y Año Nuevo. Cuando íbamos a caminar y volvíamos, vos estabas paradito afuera de la casa mirando todo (y si presto mucha atención, a veces te imagino ahí todavía). Extraño tu olor. Cigarrillo mezclado con tu perfume. TU olor. 


Te extraño horrores y te necesito más que a nadie. Por eso hoy te digo que te amo como nunca y sos, y siempre vas a ser, el hombre de mi vida. Te mando los millones de abrazos que en estos cuatro años quise darte, espero que los recibas tan lindos y fuertes como quiero dártelos. 


Meli.


No hay comentarios:

Publicar un comentario